Norman Foster y su participación altruista en proyecto escuelas arte Cubanacán

Arquitecto Norman Foster «La historia de un sueño». La participación de Foster en el proyecto de las escuelas de arte de Cubanacán de manera totalmente altruista.
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Un proyecto audaz que hace 50 años pretendió unir en una sola aventura arquitectura de vanguardia, educación artística y el mejor ballet cubano. Castro pidió a un colaborador hacer la mejor escuela de arte del mundo. El proyecto fue encargado al arquitecto cubano Ricardo Porro, en ese entonces profesor de la Universidad de Caracas, quien a su vez invitó a los italianos Roberto Gottardi y Vittorio Garatti.
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Las 5 fabulosas escuelas que proyectaron son consideradas todavía hoy el máximo exponente de la arquitectura moderna cubana, si bien tres de ellas —la Escuela de Ballet y la de Música, de Garatti, y la de Arte Dramático, de Gotardi— jamás llegaron a terminarse por razones económicas y también estético-ideológicas, pues en ese entonces ya empezaba a estar mal visto todo lo que no fuera barato y funcional, más si olía a arquitectura “elitista”.
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Las obras arquitectónicas fueron abandonadas, durante 35 años hasta que al comenzar el nuevo milenio surgió un proyecto estatal para rescatar los edificios. Sin embargo, de nuevo el plan se vino abajo debido a la falta de recursos. Entonces es cuando el bailarín cubano Carlos Acosta, una de las estrellas del Royal Ballet de Londres, intenta rescatar la arquitectura de la Escuela de Ballet de Cubanacán con la ayuda del arquitecto británico Norman Foster.
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Con la ayuda de Norman Foster y del empresario David Tang quienes junto al bailarín organizan este 19 de septiembre una cena benéfica en Londres para recaudar fondos. “El propósito es lograr 2,6 millones de euros para poner en marcha la primera fase del proyecto”.
El arquitecto famoso Norman Foster ha mostrado su admiración por el proyecto de las escuelas de arte de Cubanacán y por la obra diseñada por Garatti. “Son expresiones importantes de la búsqueda de una arquitectura que simbolizara los valores de la identidad cubana en ese momento”. Su participación en el proyecto, explica el arquitecto, es “absolutamente altruista”. Solo para “hacer posible una iniciativa social que puede ser importante” y por “rescatar una obra arquitectónica de gran valor que en estos momentos está en ruinas y en riesgo de destruirse”.
Norman Foster y varios miembros de su equipo ya han viajado a La Habana. Han hecho un estudio de viabilidad de la obra, compleja por múltiples motivos, y han realizado los primeros diseños. En primer lugar, hay que ejecutar una serie de obras de ingeniería para evitar futuras inundaciones del río Quibú, también rehabilitar y reformar sus estructuras y reconvertir el uso de algunas áreas, como el espacio concebido inicialmente como un laboratorio coreográfico; este pasaría a ser un teatro para ofrecer espectáculos y albergar público. También se plantea transformar y reformar las aulas docentes en alojamientos para estudiantes o profesores que participen en los cursos.
Cuando ya todo parecía encarrilado y el Ministerio de Cultura cubano había dado el visto bueno a Acosta y a la participación de Foster, de modo imprevisto apareció una nueva pega. Vittorio Garatti, quien se había reunido antes en La Habana con el bailarín y arquitectos a cargo de la posible remodelación, escribió una carta a Fidel y Raúl Castro exponiendo que estaba en contra de las modificaciones propuestas y también con el uso que se le quiere dar a la escuela. “Solicito como proyectista de dos de las cinco escuelas que me sea dada la posibilidad de defender la integridad de las Escuelas Nacionales de Arte de Cubanacán”, escribe Garatti.
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Norman Foster considera que el principio básico es que “cualquier cambio debe ser delicado y no comprometer la arquitectura original”. Y sigue dispuesto a colaborar con Acosta si el proyecto sigue adelante. “Yo quiero pensar en positivo. Lo único que pretendo es contribuir a salvar este patrimonio. Podría buscarme un local nuevo y se acaban los problemas. Pero no”, dice el bailarín. seguiremos intentando.

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