La Sagrada Familia como Basílica: La novedad es que en esta ocasión lo hace un Papa». Recuerda Arenas al respecto sólo un precedente: cuando Pablo VI dedicó en 1964 la iglesia de la abadía de Montecassino, en Italia. Antes de los sesenta, se llamaba a esta ceremonia consagración, y aún se dice así coloquialmente.
La misa en la Basílica Sagrada Familia , presidida por el Papa, fue concelebrada por 1.100 eclesiásticos, entre cardenales, obispos y presbíteros, y asistieron los reyes Juan Carlos y Sofía. En total, hubo en el templo 6.500 personas.
La ceremonia en la Basílica Sagrada Familia comenzó a las diez de la mañana y duro dos horas, pues el Pontífice salió poco antes de las doce por el portal del Nacimiento para el rezo del ángelus de mediodía.
Justo antes de esa locución en la Basílica Sagrada Familia El cardenal Lluís Martínez Sistach, arzobispo de Barcelona, leyó la bula papal que convierte la Sagrada Familia en basílica.
El rito de dedicación incluyo, además de la eucaristía, la unción del altar –que realizo el Papa– con aceite crismal. Luego, doce prelados ungieron doce cruces distribuidas por la nave, símbolo de que la iglesia que se dedica entronca con los doce apóstoles. Se realizo también la incensación e iluminación del altar.
El Pontífice en la Basílica de la Sagrada Familia, sin bajar del altar, dio la comunión a 50 personas; y 300 sacerdotes hicieron lo propio con el resto de los fieles.
Basílica Sagrada Familia
Tras rezar el ángelus, el Papa volvió a entrar en la ya basílica para salir en procesión por el portal de la Gloria, la entrada principal. De hecho, a las diez entro por ahí, pidió que se abra la gran puerta obra de Subirachs.
Fachada Basílica Sagrada Familia
La ceremonia en la Sagrada familia ha durado una hora más de lo previsto ya que el acto de dedicación de la basílica ha sido larga y lenta.
El acto en la Basilia de la sagrada Familia ha tenido tres partes. Primero se ha celebrado una misa, en la que el Papa ha ha leído una homilía reivindicativa de la familia tradicional.
En la parte central se ha procedido a la dedicación del templo, y por último, se ha celebrado la eucaristía. Al final, el Papa ha salido a la tribuna situada en la fachada del Nacimiento en donde ha rezado el Ángelus.