Evolución del control ambiental en la arquitectura
Análisis histórico de los medios arquitectónicos de control ambiental, existen ciertas premisas, que ponderan el alcance y los objetivos de un análisis del control ambiental en la arquitectura, sobre todo comparativamente con otras visiones posibles de la historia de la arquitectura.
- En primer lugar deben distinguirse, en ser humano que busca solución a un problema ambiental determinado, dos posibles posiciones de principio: la estructural y la energética, que también podríamos llamar, como hace Reyner Banham «técnicas conservativas-selectivas» o «naturales» y «técnicas regenerativas» o «artificiales».
- La orientación estructural concebirá la defensa o selección ambiental primordialmente mediante sistemas estáticos y perennes, como son los muros y cubiertas en los edificios convencionales, ubicaciones fijas de elementos y actividades en las viviendas, etc. Calificaremos a estos sistemas como medios naturales de control ambiental.
- La orientación energética elegirá para controlar el ambiente recursos fungibles y que precisan renovación constante, dinámicos y de mayor flexibilidad; se preferirá así utilizar unos troncos para hacer fuego en lugar de construir una pared, suponiendo la misma capacidad de lucha contra el frío en ambos casos. Estos sistemas se llamarán medios energéticos de control ambiental.
El problema ambiental: Históricamente, distintos pueblos humanos han elegido uno u otro tipo de solución frente a un mismo problema ambiental, esta elección la han realizado de acuerdo, no sólo con las variadas circunstancias que la hacen más rentable, sino también según las costumbres ancestrales del pueblo o raza de que se trate.
Elección entre la estable estructura o la rápida y elástica solución: En términos generales influirá decisivamente la tradición más o menos nómada del pueblo, que les hará elegir entre la estable estructura o la rápida y elástica solución energética, aunque esta explicación no es a menudo suficiente para interpretar la elección ambiental realizada.
En el estudio histórico de arquitectura, lo observable, arqueológicamente o no, son hechos y formas estructurales, que son las únicas que han llegado a
nosotros.
La perennidad de los sistemas conservativo-selectivos e incluso una cierta preferencia de principio de nuestra cultura occidental sedentaria por estos sistemas, hacen que nuestros recuerdos históricos de arquitectura sean ricos en sistemas estructurales y pobres en energéticos.
Nuestra civilización, marcadamente agrícola y arraigada al terreno, ha preferido siempre la estabilidad de estas defensas ambientales, con sus colaterales ventajas inherentes de privacidad y defensa contra los enemigos.
El pasado pasado arquitectónico: De todo ello se deduce un cierto parcialismo en nuestra visión del pasado arquitectónico, propio o ajeno, y un vacío en el conocimiento de aquellos sistemas que resultan destruidos en el mismo hecho de su empleo. Incluso podríamos hablar, a un nivel general de la arquitectura, de una preferencia por los hechos constructivos y su evolución antes que por los hechos ambientales (luz, calor y sonido) que son en realidad la justificación y resultado de aquéllos.