Arquitectura de climas fríos / Hotel de hielo
En las regiones frías, es importante para los edificios mantener el calor en el interior, esto nos lleva a soluciones parecidas a las de los climas cálidos-secos.
Fuente de energía y radiación: La diferencia está en que la fuente de energía no está en el exterior y la barrera al paso del calor funciona en sentido contrario.
Materiales aislantes: Por ello se usan masas construidas compactas, con la mínima superficie expuesta al exterior, materiales aislantes y hermeticidad para evitar corrientes de aire.
Soluciones típicas a partir de esta problemática son:
- La acumulación de nieve en las cubiertas de los edificios para aprovechar su poder aislante.
- Los desvanes para almacenar el grano, la paja, etc., aumentando el aislamiento del edificio.
- Aprovechar al máximo el calor de la cocina, situándola en el interior en posición central.
- Aprovechar el calor del ganado situando los establos debajo de las piezas habitables.
Aprovechamiento de la radiación solar: Otra diferencia fundamental en relación a las soluciones típicas de las zonas cálidas-secas es que se aprovecha al máximo la radiación solar, sin pintar de colores claros el exterior y situando las aberturas en las orientaciones más favorables.
Radiación de calor: Los modelos de asentamiento son compactos, renunciando si es necesario a captar más radiación, a cambio de una mejor protección al viento y al frío, llegando a usar formas semiesféricas y a enterrar los edificios para una mejor protección.
Las aberturas o ventanas de las viviendas, importantes captadores de radiación (y de iluminación), generan problemas térmicos y por ello, en los países más fríos se reducen las ventanas, a pesar de la consecuente ausencia de luz.
